Sé que pese a mis promesas y juramentos, no he aparecido por aquí… Lo lamento.
Pero, nunca es tarde si la dicha es buena. Y por lo menos tengo cosas que contar…
Hace más de dos meses que no paso por aquí y, debo decir que los días han transcurrido lentos y perezosos mientras buscaba empleo y veía pasar la vida…
O así fue hasta que a principios de este mes, recibí una llamada del jefe de la empresa para la que suelo trabajar… Había salido una baja y quería saber si estaba disponible.
Y así, estoy desde dos días después de esa llamada, cubriendo una portería en un edificio.
No es que sea el trabajo más glamuroso del mundo, pero es trabajo y, tal y como están las cosas, pues me parece maravilloso. Es duro, poco tiempo (horario muy reducido), (seguramente) mal pagado y pendiente de la mejoría de la pierna rota de la portera… puedo aguantar todo el mes o decirme la próxima semana que se acabó.
Es probable que a raíz de este surja algo más, pero de momento vivamos día a día y asegurémonos de dejar mi “reputación” lo más alta posible…
Por lo que respecta a otros aspectos de mi vida, pues sigo tranquila…
Los amoríos de verano a mi edad no vienen tan a menudo como cuando se es más joven, y la verdad, es que tampoco busco nada a corto plazo… ni a largo… Si algo he aprendido en esta vida es que la desesperación por obtener algo, normalmente nos hace cometer errores.
Y por experiencias de gente cercana, los errores al querer emparejarse a toda costa, nos puede costar la salud… o la vida…
Bueno, pues no ha sido tan difícil dejarse llevar un ratito. Prometo volver y espero que no pasen dos meses…
Gracias a todos por seguirme pacientemente y aguantar mis neuras, mis rollos y mis ausencias.