Pues eso, que empiezo pidiéndoos perdón por mantenerme tanto tiempo alejada…
Sé que uno de mis propósitos de fin de año era mantener este blog más al día, pero no he podido…
Que conste que no ha sido por causas externas, simplemente me puede la pereza o no tengo cosas que contar. Tengo muy claro que escribir por escribir no lo voy a hacer y tampoco voy a empezar a rellenar este blog con cosas que no son de mi cosecha, porque para eso tengo otros blogs.
La verdad es que mi vida sigue tan anodina y monótona como siempre… Sigo sin trabajo, y los demás aspectos de mi vida siguen la misma pauta desértica… no pasa ni el arbusto en forma de bola de las pelis del oeste.
Lo más digno de mención es que el hijoputa que nos timó el pasado año (lo conté aquí http://elmurodeygerne.blogspot.com.es/2014/07/nos-han-timado.html), ¡volvió!
El muy cobarde vino esta vez acompañado y pretendía volver a “revisar” el gas. Pero esta vez se fueron con el rabo entre las piernas porque el servicio oficial de gas había pasado un par de semanas antes y no les dejé entrar.
Y tuvo suerte de que no le reconocí. Al venir dos y el perro meterse por medio, no me fijé en su cara. Fue después, rebobinando el asunto cuando caí en que era el mismo caradura (¿no os da rabia que os pase eso? ¿reaccionar tarde a una situación?)…
Si me doy cuenta de que era el mismo, lo pongo a caer de un burro, pero no pudo ser… Al menos tengo la satisfacción de que esta vez no nos la pegó y se fue sin pasta, jodido y con el susto en el cuerpo (le dan miedo los perros y el mío, quizá conociéndolo, no paraba de ladrarle ).
Otro que ahora le está dando por pisotearnos y reírse de nosotros es el casero… Le ha dado porque algún vecino tiene enganchada la luz de casa a la de la escalera (que pagamos todos los vecinos) y vino hace un par de semanas anunciando que nos cortaba la luz de la escalera para averiguar qué pasa…
No digo que sea mentira. Desde que se mudó la del bajo, se rompe de todo en el portal (la cerradura, la llave de la luz, su puerta…) y ya me creo casi todo.
Lo que no parece ni medio normal es que venga, amenazando con avisar a la policía (se lo dijo a mi madre, como si pensara que ella se va a dedicar a eso o creyera que al cabo de los años (casi 10 llevamos aquí) se nos ocurriera hacer algo semejante (si lo hiciera, no pagaríamos 100 € de luz, no te jode…). Vino, amenazó, cortó la luz (no tenemos ascensor, así que imaginad para bajar las escaleras de noche) y el telefonillo, con lo cual también nos dejó incomunicados…
La situación duró ¡6 días! y aunque ya está solucionado el tema, seguimos sin saber qué pasó, si realmente alguien tenía enganchada la luz o qué… por no dar la cara, ni siquiera nos avisó de que ya teníamos luz… Eso sin mencionar que un par de meses antes ocurrió algo parecido y se suponía que habían solucionado el problema…
¿Cómo se puede ser así? Pagamos religiosamente y sin rechistar, aguantamos goteras (arregla el tejado, pero la mancha nos queda a nosotras y ni pinta ni limpia, ni nada), y encima, viene con humos, en plan matón y hace y deshace sin dar explicaciones…
El ser humano… ese ser maravillosamente hijoputa que parece diseñado para putear y hacer daño…
Hay gente buena, lo sé. Pero cada vez cuesta más encontrarla.
Intentaré volver más a menudo, pero no prometo nada…
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