Es
algo que empecé a pensar esta mañana y sentí la necesidad de
contarlo...
Hace
un mes o dos, un vecino del barrio se ordenó sacerdote. No hay más
misterio...
Lo
que ocurre es que no puedo dejar de pensar en qué pasa por la cabeza
de un chico de apenas 25 años que toma una decisión semejante...
Me
diréis: es que tiene fe y por eso renuncia a todo.
Vale,
y yo admiro esa fe. De veras que sí, y la envidio. Envidio esa fe
tan inmensa en algo, sea el dios que sea, ese sistema de creencias
tan férreo e inquebrantable (vamos a suponer que aparte de la fe,
cumple con otros preceptos y no como algunos que sólo van a la
iglesia a estrenar modelito y pegarse golpes en el pecho para, a la
salida, ser el mayor hijo de la grandísma puta).
Pero
no lo entiendo... se escapa a mis entendederas (cortas para algunos,
supongo) que alguien tan joven renuncie a todo para ingresar en el
sacerdocio...
Algunos
me diréis ¿y los que dejan su vida y se van de cooperantes?
Pues
no es lo mismo, amigos. Los que van de cooperantes, pueden salir,
tener pareja, casarse, tener hijos... Los curas no, al menos de
manera legal...
Los
cooperantes pueden renunciar a parte de sus vidas, pero no a todo.
Los curas sí.
Ya
está, tenía que echarlo...
Gracias
por vuestras visitas y vuestra paciencia infinita.
Ygerne
💋💋💋💋
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