domingo, 14 de abril de 2019

ÓSCAR


Aún no hace un año castramos a Óscar, nuestro perro. Era algo que debimos hacer cuando era más joven, pero unos tumores obligaron a operarle y se le castró para evitar su reaparición.
Fue duro, aunque él no se quejó en ningún momento; lo superó y superó el posoperatorio sin problemas.
El caso es que, como bien sabréis los que tenéis mascota, Óscar empezó a engordar tras la operación y de ser un perro ya gordito (su peso debería ser de unos 13 Kg y ya pesaba 14,200 el día de su operación), llegó a pesar 16 kilazos.
El pasado marzo, estuvo malito con el estómago, creímos que algo que le había sentado mal o algo así.
A raíz de aquello empezó a dejar de comer cosas que le gustaban y a comer menos de otras.
Debido a su sobrepeso, no me molestó que perdiera un kilo o dos. Lo que me preocupó fue que de marzo a abril pasó de 15,500 a 13,900 Kg. y cada día comía menos...
Lo llevamos a la veterinaria y el pronóstico no pudo ser peor: tumor en el bazo con metástasis a otros órganos. 1 mes de vida le da, con suerte.
Y así estamos... cuidando de él, dándole corticoides y pastillas para el estómago que parecen haberle abierto el apetito porque ahora sí que come con ganas y ansia, pero ya no engorda.
Puede darle un infarto, un ictus o, lo peor, rompérsele el bazo y necesitar ayuda para irse.
Y ahí estaremos para él. Lo que quede me comprometo a que siga siendo un perro feliz, que coma lo que más le guste, que siga paseando, hasta que él decida que no puede más y que necesita irse.
Va a ser muy duro.
¡Joder! Ya le hecho de menos...
Ygerne

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