Hace poco hablaba yo de esa gente falsa, que por delante te pone una cara y por detrás pone otra…
Pues bien, reflexionando (cosa que no hago muy a menudo), me di cuenta de una cosa interesante: Yo soy una persona falsa…
Me explico… conozco gente y/o familia que no me cae especialmente bien… Ya sabéis, el marido o la mujer de un primo/a, un cuñado/a, un vecino/a no demasiado amable… pues bien, a esta gente, por compromiso o por convención social, pues no tengo más remedio que procurar ser amable, reirme de sus estúpidos chistes (aunque yo sea la víctima), etc.
Todos sabéis a qué me refiero… es como cuando te ríes de los chistes del jefe, aun cuando te apetecería patearle los huevos… Todos vosotros tenéis a ese familiar estúpido al que tenéis que tratar en reuniones familiares y hacer cómo que os cae bien… o a esa amistad que sólo va a tu casa para cotillear y que es súper pesada y que no te queda otra que agasajar como si fuera un invitado importantísimo…
Ergo, todos somos gente falsa, ¿no?
Vale, no somos de los que traicionamos a nuestros amigos y no somos de los que retiramos el saludo porque vamos con gente guay o lo que sea… pero, el hecho de que finjamos ser amables con gente a la que odiamos, nos hace ser inevitablemente falsos…
Ahí queda eso…
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