martes, 10 de julio de 2012

PRENSA ROSA

vogue Sí, leo prensa rosa…

Reconozco que me gusta ver a los Brangelina y su prole. Saber que Elsa Pataky ha sido madre y le va bien con Thor, esto Chris Hemsworth. Ver a Melanie y “su” Antonio…

Me gusta leer sobre actores que se enamoran en los rodajes y procrean…

Lo que no me gusta es ver a gente que no ha hecho nada en la vida salvo acostarse con alguien e ir contándolo de tele en tele y de revista en revista, a cambio de pasta, claro. Que hablar por hablar no da dinero…

Esa gente que se aprovecha de algo ocurrido en un momento dado y que lo exprime hasta la extenuación y el hastío, me da asco. Gente que vende como su pareja le maltrataba (sí, me pegó, pero con lo que me vais a pagar ya encontraremos la solución), gente que ha pasado por un ¿concurso? y se creen con derecho a opinar sobre la vida de los demás, gente que comercia con su enfermedad, gente que tiene hijos y que al cabo de x años (bueno, que no trabaja y necesita pasta) se acuerda de que sus hijos tienen un padre –por supuesto, famoso- y se dedica a destruir la reputación y la vida de esa persona…

Bueno, lo que veáis o hayáis visto Telecirco, Antena (me aburro) 3 y demás, ya sabéis por donde voy…

Pues bien ese tipo de “prensa” la aborrezco.

No entiendo el interés que causa arrastrar a una persona por el fango, reírse de sus defectos, meterse con quién y cuando se acuestan. Hacer, en definitiva asunto de estado, saber de quién es el hijo de Citana y porqué lleva un ojo morado Petarda o cuántas veces lo hicieron Fulano y Cenutria, perseguir a X porque su enfermedad está muy avanzada e igual tienen suerte y se les muere en el sitio y tienen la exclusiva…

Y entiendo perfectamente el enfado de los famosos, los de verdad, los que hacen un trabajo y se ven obligados a salir en papel couché por sus méritos (las menos) o por sus amoríos (las más). La mal llamada prensa (rosa, amarilla o lo que sea) persiguen a la gente como si fueran delincuentes.

Una pareja que me cae genial, Melanie y Antonio. Vienen de vacaciones y hacen el paripé para la “prensa” cardiovascular, con la idea (inocentes) de poder descansar tranquilos… Pero se les persigue cuando van a comprar el pan y o a la playa… Un día estallan y entonces ya son unos antipáticos…

Coger una revista del cuore es como coger un cubo de basura. Yo compró Pronto, ¿vale? A mi madre le gusta y me da pereza decirle al del kiosco que no me la guarde más…

Pues bien, como la pago, la hojeo. De toda la revista, lo único que yo aprovecho es un bloque dedicado a algún actor/actriz, el fascículo de cocina y poco más… el resto: Belén Esteban (me asquea y me aburre), Kiko (otro tanto), la Pantoja (igual me cojo depresión por sus problemas) y/o el viudo de España: Orteguita (que ojalá pagué bien caro el haber matado a ese hombre)… lo dicho, basura.

Y ¿sabéis lo que más me repatea? Cuando muere alguien famoso (famoso de verdad, un actor, cantante, político (de los buenos, no los chorizos que hay ahora)…). Que no se le recuerde (en este tipo de “prensa”) por sus méritos, sino porque fue marido o mujer de Tal o por que en su día tuvo amoríos con Cual o porque jugueteó con las drogas o porque su muerte fue en circunstancias extrañas…

¡Uff! Qué a gusto me he quedado…

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