A ver, ¿qué puedo decir sobre mí?
Nací en Andalucía y me crié en Asturias. Mi madre del primer lugar, mi padre del segundo… igual ese es uno de los motivos para ser considerada por mi familia como “más rara que un paraguas portugués”… por la mezcla de sangres, culturas, modos de ver la vida…
¿Soy rara? ¿Soy TAN rara? Sí, soy rara… si pensar por ti mismo, preferir los libros a la tele, ser capaz de estar sólo contigo mismo sin aburrirte, gustarte la naturaleza y los animales, elegir la libertad por encima del dinero es ser raro, lo soy y con total orgullo y con la cabeza muy alta.
No tengo amigos, no de esos a los que contarías tu vida sin pensarlo. Cuantas veces confié en alguien, éste acabó traicionándome y eso hizo que me lo guarde todo para mi, con sus ventajas y sus inconvenientes…
De ello deducirás (o deduciréis, quién sabe cuantos leéis esto) que no soy de las que confían en la gente a las primeras de cambio. Ahora he cambiado (¿madurado?) y me abro más, pero hace años costaba Dios y ayuda que me comunicara con desconocidos… El trabajo, el no tener más remedio que hablar con desconocidos casi a diario me ha hecho cambiar, pero eso no hace que vaya contándole mi vida al primero que conozco (creedme, hay gente así… una compañera de trabajo en una mañana me puso al corriente de su vida y todas sus movidas familiares, y era la primera vez que nos veíamos).
Otra cosa que tengo buena (que alguna hay). Sé escuchar. Tengo la empatía muy a flor de piel y sé cómo escuchar, sé callarme a tiempo y, por alguna razón, la gente ve en mi a su loquero particular y se desahoga conmigo. No me importa, me gusta. Sé que ellos se sienten mejor al hablar y, tal vez, encuentren al hacerlo, al expresarse en voz alta la solución a su problema o, al menos, más energía para sobrellevarlo…
Además, aunque Ana se reiría si leyera esto, no soy cotilla. No voy contando lo que esas personas me han contado. Me lo guardo para mí. Lo rumio, lo medito… sus vivencias son ejemplos de vida, de cómo actuar o no…
Alguien con me llevo muy bien ahora es mi jefa. El rollo que tiene es muy parecido al mío; al no ser mucho mayor que yo tenemos gustos parecidos y me resulta muy cómodo hablar con ella… Tanto, que cuando se ha puesto en modo jefa, me he llevado un buen chasco… Pero claro, como ella dice tiene que haber buen rollo, pero la cosa se pone seria, cada una en su lugar… Tuve que aprender que es mi jefa y no mi amiga…supongo que estoy tan necesitada de un amigo/a íntimo que al primer atisbo me lanzo y luego me pasa lo que me pasa…
Vaya, mi musa se ha ido… seguiré otro día… o no… ya veremos…
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