Un año más se va y aquí seguimos…
Con muchos sueños por cumplir… que de momento seguirán siendo eso, sueños…
Este año no he conseguido el empleo que me gustaría, no he tenido suerte en el amor…
He perdido amigos y familiares. Me he distanciado de otros…
Sin embargo, aún puedo decir que soy afortunada…
Este año he trabajado más que el año anterior. En concreto 3 meses y 3 días; eso sí, trabajos desagradecidos, mal pagados y con jefes déspotas… pero es lo que hay, o lo coges o te vas…
No tengo pareja, pero trabajo en abrirme más y superar experiencias negativas para conocer a más gente.
La gente que se ha ido definitivamente, permanece en mi mente y mi corazón, por mucho tiempo que pase. Los otros, los que se han alejado por una u otra causa… bueno, saben que siempre estaré aquí y yo sé que estarán para mi, pero que sepan que cada palabra me ha herido y cada acto me ha dañado… Nada volverá a ser igual.
En definitiva, puedo decir que he eliminado o apartado lo que me daña y que intento ponerme en pie y pelear por lo que quiero, pero aparte de miedos personales, ahora tenemos la maravillosa crisis en la que nos han metido (ellos, sí, que no nos culpen a nosotros) que dificulta la tarea. Seguiremos en ello…
Aparte de esto, tengo casa, luz, agua… y aunque paso más frío que un pingüino (no podemos pasarnos con la calefacción, que nos cruje la compañía eléctrica), estoy bien. Tengo a mi madre, que es mi sostén en todos los sentidos y tengo a mi perro.
Mientras les tenga a ellos y podamos seguir manteniendo la casa y pagar las facturas, estaremos bien. Y en eso quiero centrar mi 2015.
Os deseo, de todo corazón, que seáis felices. Que no os roben la ilusión ni las ganas de vivir. Pronto el hijo de puta y su cohorte de corruptos estarán fuera y podremos, de verdad, unirnos y salir adelante del pozo sin fondo en el que nos han metido unos y otros, que da igual el color que tengan, están todos podridos…
Aunque silenciosos, sé que estáis ahí. Os siento.